© EDUARDO SANZ NIETO
Como estaba planificado, la candidata socialista María Chivite no logró obtener la investidura como presidenta de Navarra en la primera votación del debate de investidura celebrado el pasado lunes. Obtuvo 21 votos a favor provenientes de PSN, Geroa Bai y Contigo Navarra, mientras que UPN, PPN y Vox votaron en contra sumando un total de 20 votos en contra. EH Bildu optó por abstenerse. Para esta primera votación se requería una mayoría absoluta de 26 votos a favor.
La votación se llevó a cabo a las 17:20 horas y fue secreta. Cada representante parlamentario emitió su voto depositando en una urna su elección entre ‘sí/bai’ o ‘no/ez’, siguiendo un orden alfabético. El resultado fue predecible: 21 votos a favor, 20 en contra y 9 abstenciones.
En consecuencia, de acuerdo con lo planeado, María Chivite deberá esperar 24 horas para la segunda votación, en la cual se requiere mayoría simple. Esta segunda votación está programada también a las 17:20 horas. La anunciada abstención de EH Bildu permitirá la investidura. Chivite sumaría entonces 21 votos a favor, 20 en contra y nueve abstenciones.
En su presentación, la candidata socialista empleó 40 minutos para describir su programa político basado en el acuerdo entre PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, alcanzado el 8 de agosto. Durante la sesión de la mañana, los diferentes grupos realizaron sus intervenciones, seguidas por las respuestas de Chivite durante la tarde, antes de la votación.
Chivite defendió el acuerdo programático como “transparente y honesto”, comprometiéndose a liderar un gobierno estable desde la “centralidad”, un gobierno feminista y para todos los ciudadanos de Navarra.
Según Chivite, el contexto actual enfrenta una “emergencia democrática” debido a “la amenaza de involución que proviene de formaciones de derecha que ya están implementando recortes de derechos y aplicando políticas que niegan la violencia de género, el cambio climático y la diversidad, por mencionar solo algunos ejemplos”.
Por otro lado, el portavoz de UPN, Javier Esparza, opinó que el nuevo gobierno nace “dividido” tras un proceso de negociación entre PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin caracterizado por acusaciones cruzadas, amenazas y discordias. Indicó que este ambiente de desconfianza anticipa la inestabilidad de la legislatura.
Ramón Alzórriz, desde el PSN, destacó que el gobierno liderado por Chivite será una defensa contra “ataques orquestados” de formaciones de derecha. El acuerdo entre los partidos progresistas, según Alzórriz, respeta la identidad de Navarra y fortalece su autogobierno.
Laura Aznal, portavoz de EH Bildu, aseguró que su grupo actuará de manera responsable para facilitar la investidura de Chivite, pero advirtió que esta legislatura debe ser un punto de inflexión y que no renunciarán a sus principios.
Uxue Barkos de Geroa Bai instó a Chivite a fortalecer la estabilidad del gobierno y los acuerdos con el Parlamento. Resaltó la importancia de tejer confianza para un gobierno sólido.
Javier García, portavoz del PPN, criticó que el nuevo gobierno continuará haciendo concesiones a los abertzales y se mantendrá inactivo en temas fundamentales. Extendió una mano para que las políticas de Chivite estén menos influenciadas por la izquierda abertzale.
Por su parte, Begoña Alfaro de Contigo-Zurekin, mencionó que los tres votos a favor de su coalición no son un “cheque en blanco”, sino el inicio de un diálogo enriquecedor para la sociedad navarra.
Finalmente, Maite Nosti, portavoz de Vox, afirmó que Chivite y sus socios no trabajan por el bienestar de Navarra, sino por su regresión y eventual integración en Euskal Herria. La acusó de buscar poder y repartición de cargos.
