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Donald Trump ha sido imputado nuevamente este lunes, marcando la cuarta ocasión en cuatro meses y en lo que parece ser el caso más detallado hasta la fecha. Un gran jurado en el condado de Fulton, Georgia, ha aprobado la presentación de cargos contra el expresidente y 18 de sus asesores, sumando un total de 41 cargos relacionados con los intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020 en ese estado, las cuales Trump perdió por menos de 12.000 votos.
Los cargos incluyen una variedad de acusaciones que van desde la falsificación de documentos oficiales hasta intentos de presionar a un funcionario para que viole su juramento de cargo. Entre los imputados junto a Trump se encuentran figuras prominentes como su exjefe de gabinete Mark Meadows y su abogado personal Rudy Giuliani. También está involucrado Jeffrey Clark, un funcionario del Departamento de Justicia que participó en los esfuerzos por manipular los resultados electorales.
Estas imputaciones son las más extensas hasta el momento en los casos legales que involucran a Trump y se suman a tres casos previos, complicando aún más lo que se anticipa como una campaña electoral en la que los problemas legales del expresidente serán un factor determinante. Estas acusaciones son el resultado de una investigación que ha durado dos años y medio, liderada por la fiscal demócrata Fani Willis del condado de Fulton.
Trump no tardó en responder. Poco después de que el gran jurado emitiera su decisión, pero antes de que se conociera públicamente el contenido de las acusaciones, publicó un comunicado en su red social “Truth”, atacando a la fiscal, como ha hecho en ocasiones anteriores cuando enfrentó cargos. En su comunicado, Trump califica a la fiscal Fani Willis como una “demócrata radical” y la acusa de estar involucrada en una conspiración para procesarlo por cargos falsos. Además, lo acusa de buscar interferir en las elecciones presidenciales de 2024.
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Este nuevo caso se suma a los tres casos previos que Trump ya enfrenta. El primer cargo llegó en marzo por parte del fiscal de Manhattan, acusándolo de fraude contable relacionado con pagos para silenciar a una actriz porno sobre una supuesta relación. En junio, el fiscal especial Jack Smith lo acusó de violar la ley de espionaje al tener documentos clasificados en su residencia en Mar-a-Lago. El 2 de agosto, Smith presentó nuevamente cargos, esta vez por la presunta interferencia de Trump en los resultados electorales de 2020.
El caso en Georgia está vinculado al caso del fiscal especial federal, pero se enfoca en los intentos de alterar los resultados en ese estado. Aunque los votantes respaldaron al candidato demócrata Joe Biden en noviembre de 2020, la victoria fue por un margen de tan solo 11.779 votos. En una llamada telefónica el 2 de enero, se escucha a Trump decir que solo quiere “encontrar 11.780 votos”, un voto más que la diferencia de votos a favor de Biden.
En la llamada, Trump insiste en que los datos oficiales son incorrectos y argumenta que él fue el verdadero ganador. Además de la llamada, la investigación de Willis también ha examinado el acceso no autorizado a sistemas de votación electrónica en un condado rural de Georgia y un complot para utilizar electores ficticios en un intento de cambiar los votos en ese estado.
El caso en Georgia se suma a los otros casos legales que Trump enfrenta y podría complicar su situación legal. Trump ha insinuado que, de regresar a la presidencia, podría indultarse a sí mismo o nombrar a alguien afín en el Departamento de Justicia para cerrar los casos federales en su contra. Sin embargo, en el caso de Georgia, al tratarse de un caso estatal, estas opciones no serían viables.
En resumen, Donald Trump ha sido imputado nuevamente, esta vez en un caso más detallado y amplio, relacionado con los intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020 en Georgia. Estas acusaciones se suman a los tres casos previos que enfrenta Trump en otros estados, lo que complica su situación legal en medio de sus aspiraciones políticas.
